sábado, 5 de mayo de 2007

DEDO VS. DEMOCRACIA: ¿HASTA CUÁNDO LA INDIGNIDAD?



Que hayan justicialistas disconformes, que no existan internas partidarias, que los aportes y las opiniones sean aplastados, que reine el autoritarismo y la dedocracia, que las mujeres jóvenes no tengan participación efectiva en las listas, todo eso no es extraño en San Juan. Ni es extraño en ningún lugar en donde el poder se transforma en absoluto, y de ahí a arbitrario.

Que el gobernador José Luis Gioja, presidente del Partido Justicialista de San Juan, decida a dedo quien va a ser candidato a intendente, a diputado departamental y también a concejal es una burla a los miembros de su partido y principalmente un atropello a la militancia político-partidaria.

Es que el presidente del partido, por sus funciones como gobernador y la distancia de la que se encuentra de las bases partidarias, desconoce forzosamente la realidad local, de la militancia política que se hace calle por calle, casa por casa. Eso es natural. Por eso los partidos cuando llegan a cierto tamaño deben instrumentar formas de elección de sus representantes.

Pero muchos milintantes, que trabajan por otros, por algunos, justamente por ellos, los que ahora deciden a sus espaldas; militantes que traicionan su conciencia por una causa que no los beneficia, que viven imbuidos en las mentiras giojistas, trabajan de verdad por construir un futuro político-partidario del que no serán parte.

Yo no sé hasta qué punto los justicialistas pueden seguir manteniendo la obsecuencia, la ingenuidad, la ignominiosidad, las mentiras, los engaños, la falta de dignidad.

Hay que reconstruir la política en base a la participación. Pero ¿qué clase de participación? Si la política de base, la que está en contacto directo con los problemas de la comunidad, la que trabaja porque las ideas (sean las que sean) prosperen, es frenada, detenida, limitada por el poder arbitrario de quien dice “nadie sobra, nadie está de más”.

Acaso no están de más los militantes en estas jugadas políticas? No hace falta tener mucho coeficiente intelectual para darse cuenta, compañeros. ¿No?

Es que los resabios de la vieja política están a full en San Juan. Dedocracia, engaños a los propios militantes, oscuros negocios a espaldas del partido, sacrificio de la democracia y los ideales partidarios por los designios del “conductor del pueblo”, alianzas con los grupos tradicionales del poder (Empresarios, transnacionales, miembros de la Iglesia), de espaldas al pueblo. En San Juan no cambió nada, ni va a cambiar, mientras sigamos viviendo en este valle de hipocresía y mintiéndonos a nosotros mismos.

Pero sanjuaninos, estas tristes manifestaciones de la vieja política no nos tienen que hacer perder el norte. Los espacios de poder se ocupan siempre. La vieja política sólo va a ser reemplazada por otra política que tiene que ser nueva, honesta, superadora de lo que estamos acostumbrados.

Tenemos que reconstruir los cuadros perdidos, tenemos que participar, ya sea dentro de las estructuras existentes o en nuevas. Pero participar en serio, superando los males de los que hablamos más arriba.

Y, sanjuaninos, no nos quejemos. Tenemos lo que merecemos, tenemos lo que votamos. Dejemos la irresponsabilidad y la cobardía y asumamos nuestros errores: Votamos a un personaje que se transformó en dictador. Y pretende ser gobernador por cuatro años más. Y después de él, los hermanos. Vamos camino a lo que fue Catamarca con los Saadi, Santiago del Estero con los Juárez y San Luis con los Saá.

Es el comienzo. Pero estamos a tiempo todavía de evitar que el sueño imperialista de Gioja se concrete. Pero esto solo se concretará con PARTICIPACIÓN, superando el individualismo en el que vivimos.


Diego M. Flores Burgos