lunes, 13 de agosto de 2007

Un poco de ironía


El resultado electoral del domingo aquí en San Juan es una manifestación de la gran madurez cívica de un pueblo y la vasta honestidad y responsabilidad de su líder y conductor, el gobernador reelecto José Luís Gioja. Revela también la confianza sin límites que el pueblo ha depositado en este hombre, en sus ideas y en sus proyectos.

Gioja ha sabido ganarse hábilmente la confianza de su pueblo, o al menos de la mayor parte del electorado, o de la que fue a votar, suficiente para lograr una gran ventaja y un aplastante triunfo.

El pueblo ha sabido interpretar los designios marcados por su líder, lo sigue y seguramente lo seguirá como el ciego que va tras su lazarillo, dejando su integridad a la buena de Dios.

Esta confianza a ciegas que el pueblo ha declarado hacia su caudillo Gioja, queda manifestada en la mayoría absoluta en la cámara de diputados. La futura cámara ahora podrá aprobar, mucho mejor que la actual, cualquier proyecto de cualquier índole, desde una expropiación de un campito, o una casa, la cesión de derechos en favor de alguna transnacional, la eximición de impuestos para alguna clase privilegiada o élite, la aprobación a ciegas de algún proyecto minero, hasta una reforma constitucional que instaure la reelección definitiva, cambios institucionales en favor de los actuales gobernantes, eximir responsabilidades, etc.

Pero ¿Podemos estar tranquilos que el poder público que el pueblo ha entregado a Gioja no va a ser usado para vulnerar los derechos de los ciudadanos, otorgar privilegios, alterar el patrimonio natural, comprometer nuestros recursos, instaurar un régimen político malsano, dejar la vida de los sanjuaninos a merced de un hombre?

Absolutamente absoluto, sanjuaninos; podemos estar seguros de que esto no sucederá. ¿Y como es eso posible? Pues nuestro líder y conductor, con gran nobleza y en un acto de grandeza, ha manifestado que su moral lo protegerá para no abusar de todo su poder. Gioja sostiene que la amplia victoria no da derechos para aplastar a la oposición. También ha precisado su intención de luchar contra las tentaciones maléficas que rondan al poderoso. En la entrevista a Diario de Cuyo con fecha 14/8, el gobernador electo dijo: “Yo creo que puede haber tentaciones a que pase eso [el uso desmedido del poder]. Pero voy a tratar de lacrarme para que las tentaciones no lleguen. Lo voy a repetir: no me gustan los modelos que en otras partes del país han generado estas cosas... Pero yo voy a tratar de acorazarme. Y protegerme y buscar todas las formas para que ni autoritarismo, ni hegemonismo ni esas cosas pasen, y que en San Juan funcionen las instituciones.”

Creo que no hay que agregar más. La confianza que el pueblo le dio a Gioja se integra con el compromiso del gobernador a no hacer uso ilimitado y abusivo de su poder.

Sanjuaninos, podemos dormir tranquilos entonces. Ojala todos nuestros gobernantes tuvieran ese poder de voluntad para constreñirse, para obligarse, como lo hace Gioja, para darnos la tranquilidad de que nuestro futuro y el de nuestros hijos no depende de la voluntad, la ocurrencia o el capricho de una persona.

Diego M. Flores Burgos