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La
Soberanía, entendida como el Poder Superior del Estado en un país y como base
de igualdad o independencia frente a otros Estados del Mundo. La Soberanía del
Estado radica en el Pueblo, que mediante un contrato social hipotético se
organiza para la convivencia armónica, la paz social y el desarrollo de sus
miembros.
Hoy
en día, la Soberanía no es absoluta. Las cada vez mayores relaciones económicas
entre los Estados y el rol que juegan las empresas transnacionales, que no
tienen un centro sino que conforman redes de gran poder económico, generan una
interdependencia de los Estados del Mundo.
De
igual manera respecto a la energía. Lo que en Argentina denominamos “Soberanía
Energética” en Estados Unidos es “Independencia Económica” y refiere al
control, seguimiento y planificación de los recursos energéticos por parte del
Estado. Es una preocupación constante de todos los países del mundo, ya que
somos “homo energeticus”. Pero en todos los casos, no es posible una
independencia energética plena, ya que las fuentes de provisión de energía provienen
de distintos lugares del Globo.
En
Argentina muchos de nuestros recursos naturales debieron ser explotados por
capital extranjero, que poseían la técnica y los recursos para hacerlo, como
antes de la creación de YPF en 1922 y como sucedió durante los gobiernos del
General Perón, Arturo Frondizi y últimamente, con la explotación de los yacimientos
no convencionales de petróleo y gas de esquisto.
Un
país que crece, que se industrializa, cuyos habitantes mejoran su calidad de
vida adquiriendo confort, que crece urbanísticamente, requiere más energía. De
allí que hasta 2003, en medio de la recesión económica, la Argentina fue un
país que se autoabastecía energéticamente y exportaba un pequeño excedente. Luego,
la necesidad de energía llevó a retomar grandes obras olvidadas, como la
Central Atómica Néstor Kirchner (Atucha II) y obras hidroeléctricas como
Caracoles, en San Juan.
Otra
olvidada fue Tambolar, que por 48 años permaneció en las mentes de algunos
idealistas del progreso. Esta nueva presa junto con Caracoles (la de mayor
generación de la Provincia), Punta Negra (en Construcción) y Ullúm, conformarán
los embalses encadenados del Río San Juan, unidos por el grandioso camino
interlagos, obra costosa y compleja, como toda obra de montaña.
De
a poco la matriz energética Nacional se va diversificando. Pronto estará a
plena potencia la central atómica Néstor Kirchner y ya hay un acuerdo con China
para la construcción de Atucha III, como así también una central nuclear en Formosa
y otras grandes obras hidroeléctricas a lo largo y ancho del país.
Evolución Matriz Energética Argentina 1970-2010 |
http://web.ing.puc.cl/power/alumno12/intercreg/AspectosTecnicos_Argentina.html |
En
San Juan, tierra de piedra y desierto, disponemos de grandes áreas
aprovechables para el desarrollo hidroeléctrico. Es cierto, no contamos con el
suministro hídrico de provincias como Neuquén o Mendoza y los períodos de sequía
dejan en jaque a nuestras usinas. Pero sabemos que esto es cíclico. Que la energía
hidroeléctrica es más barata y ecológica que la termoeléctrica que requiere
quemar combustible fósil. Que en un contexto de debilidad de la actividad
minera, la construcción de Tambolar permitirá la subsistencia a 350 familias. Tal
vez nos hemos acostumbrado últimamente a lograr lo que nos proponemos, pero
empezar a construir un dique que demoró 48 años no se da todos los días.
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