domingo, 25 de marzo de 2007

Conti: Careta, despilfarrador, discriminador y conservador


Continuando con la coherencia de su gestión, el intendente de la Capital Enrique Eduardo Conti, se encargó de hacer cumplir la normativa de “limpiar” del centro de la ciudad a los vendedores ambulantes.

Haciendo un análisis de esta política que lleva a cabo el gobierno municipal bloquista, podemos, una vez más, comprobar el perfil de este: careta, despilfarrador, discriminador y conservador. Y mentiroso también.

¿Por qué careta?

Porque las acciones de gobierno están dirigidas al supuesto embellecimiento de ciertas zonas del ejido capitalino, y no a la gestión de la agenda pública (las políticas que regularmente realiza el gobierno). Podemos comprobarlo mediante la simple observación, como por ejemplo, el sistema de recolección de residuos que es irregular, funciona en algunas zonas y no en otras; la poda no pasó de las cuatro avenidas (las ramas en algunos lados llegan hasta un metro del piso); todavía hay calles sin pavimentar; el sistema de semáforos es un desastre, etc.

Es a que Conti no le interesa el bienestar de los vecinos de la capital, sino lo que los visitantes o algunos pueden llegar a pensar de la ciudad.

Como todo ser superficial, solo le importa lo que se ve, las apariencias y no lo que los vecinos realmente necesitan.

Recordemos que cuando el gobierno llega a satisfacer las problemáticas básicas del pueblo, recién ahí debe encarar obras de embellecimiento o de carácter secundario. Porque, ¿de qué sirve tener los postes del alumbrado pintados, si no puede caminar por las veredas por las ramas bajas de los árboles? o acaso los pececitos de colores son un asunto primordial frente a las ramas que nos llegan a la cabeza? ¿Qué es más importante?

Despilfarrador:

Es que los limitados recursos municipales se van en obras que no son esenciales para la vida de los sanjuaninos. Veo como pintan bulevares mientras por mi casa no pasa el camión de la basura, la poda no se hizo hay plazas que no se riegan, etc.

Esa propaganda proselitista que hace Conti, que mucho no le va a servir, que muestra como embellece la ciudad, comprueba lo que digo. Los lujos se dan una vez que ya satisficimos nuestras necesidades primordiales.

Además hay que investigar las denuncias por sobreprecios que desde las oficinas de la municipalidad se oyen.

Discriminador y conservador:

Claro, porque actúa como los políticos del siglo XIX: A quien se considera peligroso se lo excluye, se lo saca de donde se pueda ver. Así como los hospitales, los manicomios y las cárceles se hacían retirados de las ciudades, pensando en sacar la “lacra de la sociedad”, así Conti actúa con los vendedores ambulantes: los saca de las veredas y los mete en un salón a todos juntos. El modus operandi es el mismo.

Mentiroso:

Cuando uno no dice toda la verdad, miente. Como todo cobarde, deslinda responsabilidades propias. Primero, porque arguye que va a hacer cumplir la ordenanza. Que él sólo va a hacer cumplir la norma. En esto hay que recordar que para que una ordenanza tenga vigencia tiene que ser promulgada por el poder ejecutivo municipal, tarea que realizó Conti. En segundo lugar, una ordenanza es la manifestación jurídica de una decisión política. Así que él no es neutral en todo esto como quiere aparecer. Si quisiera o tuviera voluntad política, la modificaría.

Además ¿ha realizado Conti alguna encuesta o estudio para determinar si a los transeúntes nos molestan los vendedores ambulantes, o es mero capricho de él y de algunos comerciantes?

Si están es porque existe clientela que los demanda. ¿Que es competencia desleal? Acaso ¿es más competitivo un puesto de cartones que un local comercial? ¿Que no pagan impuestos? Acaso los comerciantes ¿pagan las contribuciones patronales de sus empleados o los tienen en negro? ¿Que no va a volver atrás con esta medida? Acaso, ¿no es de sabio reconocer los errores y remediarlos inmediatamente? ¿Que afea la ciudad esa manga de pobres que se ubican en las amplias veredas sanjuaninas? Acaso ¿no se ha dado cuenta Conti que vivimos en una sociedad con el 60% de pobreza?

Hay que ser muy caradura, pero peor es creer todos esos falsos argumentos del intendente. Con líderes así…

Diego M. Flores Burgos

domingo, 4 de marzo de 2007

EL VALOR DE LA POLITIZACIÓN

Podemos oír una palabra común en la fraseología conservadora de estos tiempos, la politización. Esta palabra goza de una reputación negativa, pero no por ser negativa en sí, sino por el carácter que se pretende represente.

Que se le de un valor negativo a la politización no tiene nada de casual. Mas bien es discrecional, ya que de esa manera se trata de eliminar su contenido potencial.

¿Pero cual es el significado de esta palabra y por qué se la desacredita? Politizar significa darle a un asunto, problema o cuestión carácter político, esto es, permitirle un debate público, atribuirle una perspectiva ideológica y hasta un compromiso partidario.

De la comprensión de esta definición salta a la vista por qué los personajes conservadores de la política, entre ellos Gioja y Cía. promueven su difamación y se alegran de que un asunto determinado no sea politizado.

Mediante esta acción, promueven o tratan de imponer una visión supuestamente imparcial, aideológica, del problema tratado, desacreditando cualquier otra visión disidente, o solo distinta.

Es la gran mentira de la democracia y del pluralismo. Es la imposición del totalitarismo ideológico y la represión de cualquier manifestación en contrario hacia la versión hegemónica y oficial de la historia.

Y lo vemos en el tema principal y base de la segunda reconstrucción de San Juan, por el amigo Gioja: la gran minería. El gobierno provincial, como órgano difusor y protector de la empresa Barrick, trata de convencernos diariamente de las ficticias bondades de este tipo de actividades. No habla de los reales riesgos. Y cuando voces provenientes del interior del pueblo sanjuanino se alzan en contra del discurso oficial, son tomadas como procedentes de sectores ignorantes, que todavía no comprenden, por falta de comunicación de la empresa o del gobierno, de los nulos riesgos y grandes beneficios que la actividad conlleva. Son grupos subversivos que tratan de alterar la paz del cementerio.

Entonces ¿cuál es el papel de la politización? Este es muy importante. Gioja y su gobierno difaman esta palabra porque le tienen terror a sus efectos. Hoy en día, sin oposición política debido a la cobardía y apoyo del bloquismo, la UCR y los demás partidos, apoyo tácito demostrado en su silencio sobre cuestiones muy importantes, no hay alternativas al pensamiento y al accionar oficial. Pero Gioja y su séquito tienen miedo igual. Tienen miedo que el espíritu antioficialista, antigiojista se corporice en alguna institución que politice las principales demandas de la población y que las tome como banderas hacia la lucha por el poder. Cuando esto suceda, cosa que está muy pronto por ocurrir, acelerada por la bronca de la contaminación, de la deficiencia en el sistema de salud y el problema energético, Gioja y sus amigos van a dejar de verse ante la cegada sociedad sanjuanina como los representantes del pueblo, van a poder verse como son, los representantes de grupos económicos concentrados, de élites conservadoras y de lo peor de la política sanjuanina. El pueblo los va a poder ver como sus enemigos, a los que hay que derrocar.

Cuando ese día llegue, el oficialismo no va a poder confrontar sus ideas y metodologías. Porque el dinero del presupuesto no puede comprar ni acallar para siempre a la verdad y a la gente comprometida con su pueblo.

Comprendamos el verdadero valor de la politización: Sin ella las demandas reales de la sociedad nunca van a poder ser escuchadas, menos realizadas. Para que se escuchen y se concreten deben tomar estado público y ser las propuestas que lleve como banderas hacia la victoria un partido político.

Diego M. Flores Burgos