El tratamiento legislativo de los proyectos
en el Congreso Nacional tendientes a la regulación de la actividad humana en la
zona de glaciares y periglaciares de la República Argentina, cuyo corolario ha
sido la aprobación del proyecto confluente Filmus-Bonasso, ha generado un
debate poco amplio en la sociedad sanjuanina, que incluye tópicos tales como
minería si, minería no, desarrollo si, desarrollo no, federalismo y unitarismo
y tal vez otras dualidades más.
Y digo debate poco amplio porque la
manipulación de la información ha llevado la discusión maniquea, racional o no,
a los extremos, a estas dualidades arriba mencionadas, que no hacen otra cosa
que disfrazar o tapar las verdaderas intenciones de los intereses que están
atrás de todo esto, así como también de impedir ver la posibilidad de un
proyecto minero sustentable y alternativo.
La teoría de los dos demonios, de gran éxito
en las sociedades conservadoras y que tienen algo que ocultar, se muestra así
respecto de lo que rodea a la ley de glaciares:
Por un lado: El desarrollo, el federalismo,
la producción, el trabajo; por el otro: La pobreza, el unitarismo porteño, el
medioambientalismo extremo, el desempleo y la falta de oportunidades.
A fin de analizar y que cada uno pueda
extraer sus conclusiones, realizaré un diagnóstico de situación y
posteriormente propuestas en base a algunos postulados de un proyecto
revolucionario, nacional, popular y latinoamericano, a mi humilde entender.
La primer postura, de amplia difusión por estos
días en la provincia de San Juan, es de que la minería metalífera a cielo
abierto brinda posibilidades de desarrollo, de generación de puestos de trabajo
para sanjuaninos, de la utilización de nuestros recursos antes inactivos, de
que la provincia hoy está mejor que nunca gracias al desarrollo minero, la
“industria” minera, etc.
Industria y desarrollo
Para precisar términos, la actividad minera
es una actividad extractiva de materias primas (minerales) y como tal,
actividad primaria. Como sabemos, en todo el mundo las actividades primarias no
brindan un desarrollo económico en términos macroeconómicos sustentable
(solamente y con variantes, a los propietarios privados de estos recursos). Con
mayor razón, recursos naturales no renovables.
La única actividad de incorporación de valor
agregado es la fundición en lingotes de doré (mezcla de diversos minerales:
oro, plata, platino, etc), los que se transforman finalmente fuera del
territorio argentino.
Generación de trabajo
La segunda bandera que lleva la “minería si”
es la de la generación del trabajo. Lo cual es bastante cierto, en una
provincia sin muchas oportunidades laborales en el sector privado, la actividad
minera metalífera a cielo abierto ha sido una gran oportunidad y esperanza para
muchos ciudadanos argentinos, especialmente de los sectores más cercanos (o ya)
en la franja de la exclusión.
Hasta aquí bien. Pero no suficiente. El
salario de los trabajadores en las explotaciones mineras a cielo abierto se ha
mantenido con muy pocas variantes desde 2003, cuando el valor de la onza troy
era de U$S350 (los costos del proyecto veladero están calculados en base a U$S
155 la onza). Hoy, comienzos de octubre de 2010, esta ya alcanza un valor de U$S1316
(3/10). La ganancia extraordinaria no ha sido para nuestros comprovincianos,
que arriesgan sus vidas en la altura y el frío, viendo cada 15 días a sus
familiares, por un ingreso que hoy es insuficiente e injusto.
Además, existe en el ámbito de las
explotaciones mineras a cielo abierto una marcada discriminación e ilegalidad
frente a la normativa de la Secretaría de Minería de la Nación, de equiparar
los sueldos de los profesionales extranjeros con los de los argentinos.
Sucede pues, que los ingenieros, geólogos, etc,
que provienen de distintas partes del mundo reciben su remuneración en base a
la categoría de “seniors”, en dólares estadounidenses (U$S), en tanto que los
profesionales sanjuaninos y argentinos son categorizados como “juniors”,
percibiendo una remuneración nominal equivalente, pero en valor pesos
argentinos (por ejemplo, un extranjero percibe U$S 5000 y por el mismo trabajo,
o más, el argentino recibe $5000, es decir, 1265 dólares).
No solamente eso, debido a que los
profesionales extranjeros no tienen título habilitante en el país, por lo que debieran
hacer el procedimiento de revalidación de títulos, las firmas de los trámites y
procedimientos oficiales están a cargo de los ingenieros “juniors” argentinos,
haciéndolos responsables de lo malo o erróneo y dejándolos al margen de lo
exitoso.
Otro aspecto importante de la generación de
puestos de trabajo es la procedencia de las empresas que emplearán trabajadores
sanjuaninos.
En la DIA (Declaración de Impacto Ambiental),
se establece que los proveedores de las empresas que realizan la explotación minera
metalífera a cielo abierto deben ser de la provincia de San Juan. En caso de
que los productos o servicios requeridos no se encuentren en nuestra provincia,
deben ser adquiridos en el resto del territorio nacional. Si allí tampoco se
encontrasen, se debe recurrir a la región latinoamericana y en última
instancia, a los proveedores del resto del mundo.
Hoy no sucede así. Muchos bienes y servicios
son contratados directamente del exterior, pudiéndose adquirir en San Juan. De
allí los conflictos que han tenido los proveedores mineros (CASEMI) con la
forma en que se realiza la comercialización de bienes y servicios por parte de
la empresa Barrick S.A. Y en último término, es trabajo sanjuanino el que no se
logra.
Participación de la comunidad
Minería sustentable: ese lema es una falacia
si no se manifiesta en la práctica con información ni participación popular. Y
no me refiero con eso a las críticas de la Cámara Minera de San Juan de que
hace falta mayor comunicación institucional (léase: marketing) por parte de las
empresas mineras metalíferas. Se trata de información científica lo más
objetivamente posible divulgada, de las situaciones de los distintos sectores
de la comunidad que ven influidos sus intereses por la actividad: productores
agrícolas, proveedores mineros, universidad, empresas explotadoras de los
recursos, etc.
Además, la participación popular, ya sea
directa o por medio de las autoridades gubernamentales, en lo que respecta al
uso de los recursos naturales no renovables, al control medioambiental, a la
fiscalización de los pesos del material (boca mina) por el cual se liquidan
posteriormente las regalías, etc.
La comunidad tampoco dispone de instancias
participativas para conocer, debatir las posibilidades futuras de los
yacimientos una vez agotada la producción. Alguna alternativa a dejar un
agujero 500……….mts en la montaña? El pueblo, la comunidad debe estar
involucrada a fin de establecer que sucederá cuando la explotación finalice
dentro de 14 años se extraigan las más de 11 millones de onzas de oro y 169
millones de plata.
Ingresos
La actividad minera metalífera a cielo
abierto le deja en concepto de regalías a la provincia de San Juan el 3% del
material pesado a boca, no por lingote de material doré. La actividad
deja además, a las arcas del Estado Nacional, el 5% de retenciones a las
exportaciones, recursos coparticipables.
El 3% representa hoy 97 millones de pesos
(aprox. 24,5 mill U$S entre Veladero y Gualcamayo, Diario de Cuyo 24/9), siendo
el 3% del total de
ingresos de la provincia de San Juan. Los mayores ingresos provienen de la
coparticipación nacional (65 al 75 %).
Nuestra provincia, como ocurre con el país, hasta
tanto no transforme su estructura productiva, no transforme su producción
primaria y no industrialice sus recursos a través de empresas nacionales (PyMES
preferentemente), no tendrá la posibilidad de agregar valor a las cadenas de
producción, condición necesaria para la distribución de la riqueza y el
desarrollo económico, base de los demás tipos de desarrollo.
Minería no
El proyecto nacional, popular y
latinoamericano es un proyecto basado en el trabajo y la justicia social. El
Yrigoyenismo y el Peronismo dieron muestra de ello, favoreciendo el desarrollo
de las industrias estratégicas estatales y la actividad privada. El hombre se
desarrolla mediante el trabajo. Es el capital productivo, no así la
especulación financiera, la que permite generar riqueza y posteriormente, solo
después, redistribuirla.
Por esto mismo es que es incompatible un
modelo nacional y popular con la no explotación de los recursos que se dispone.
Máxime, teniendo en cuenta la necesidad de generar trabajo para sectores
excluidos o al borde y posibilidades materiales reales.
Federalismo
Desde 1853 los recursos naturales
correspondieron a la administración del Estado Nacional. Solamente desde 1994
las provincias disponen de la capacidad de administrar sus recursos según la
conveniencia de la misma. Esto, aparentemente positivo debido al supuesto
federalismo, trae aparejado que pequeñas provincias como San Juan, La Rioja o
Catamarca deban negociar con empresas transnacionales, generalmente negociando
a la baja. Otro problema es la imposibilidad de realizar una planificación
nacional de los recursos estratégicos, renovables o no de que dispone el
territorio nacional. Sin planificación, no pueden haber objetivos claros
alcanzables.
Conclusión
Frente a este maniqueísmo dogmático en el que
la provincia de San Juan ha caído, queremos, quienes nos ubicamos en el
proyecto político de la independencia económica, la soberanía política, la
justicia social y la integración latinoamericana, rescatar que existen
proyectos alternativos. Proyectos que deben materializarse en base a la
construcción de consensos por parte de los distintos sectores de la sociedad,
frente al tema de la minería metalífera a cielo abierto. Empresas mineras,
trabajadores mineros, ambientalistas, productores agropecuarios y todos los
sectores de la sociedad deben ser parte de un proyecto de desarrollo que
incluya el minero, cediendo y avanzando en virtud del bienestar o beneficio de
la mayor cantidad de sectores.
Diego M. Flores Burgos
Encuentro Nacional
Popular y Latinoamericano
San Juan