Notas y Entrevistas |
Martes, 09 de Octubre de 2012 00:00 |
Por Diego M. Flores Burgos*
El
principal hecho político de la semana anterior, y que seguramente dará
que hablar en la presente, es la realización del acto de lanzamiento de
la Corriente Nacional de la Militancia de San Juan, cuyo referente
provincial es el Senador Nacional Ruperto Godoy. La convocatoria de
diferentes organizaciones políticas y sociales en el acto dió pruebas de
la convocatoria a la conformación de nuevos espacios de participación
política en la provincia.
La
convocatoria fue muy importante: Organizaciones políticas nacionales,
provinciales y municipales, e incluso, personas que no tienen una
militancia activa en organizaciones políticas y sociales estuvieron
presentes en el acto. En
calidad de visitantes estuvieron las agrupaciones nacionales de Kolina,
la Cámpora y el Frente Transversal, el Partido para la Victoria, El
Encuentro por la Democracia y la Equidad (EDE), el Partido comunista de
San Juan, la Corriente Nacional y Popular 25 de Mayo (CNP 25), la
Juventud del Partido Justicialista, MARDAN, el Partido JUNTOS, el
Partido Popular Participativo, además de múltiples espacios de
participación departamentales. En
el escenario, con los principales funcionarios nacionales, Ruperto
Godoy, Daniel Filmus y Agustín Rossi, estuvieron los representantes del
PJ provincial, Sergio y Rubén Uñac, Daniel Tomas y Daniel Molina.
Pero
además ocurrió un primer hecho inédito en los actos políticos de la
provincia de San Juan en los últimos tiempos: junto con las principales
figuras políticas en el escenario, estaban varias decenas de referentes
provinciales y municipales, la mayoría de ellos desconocidos y de bajo
perfil, pero que en sus comunidades y espacios gozan de la más alta
legitimidad por su compromiso ético, político y social. Un
segundo hecho inédito fue la participación de militantes del Partido
Comunista de San Juan en el acto, que desde hacía un tiempo ya habían
comprometido su presencia a los dirigentes de la Corriente Nacional de
la Militancia San Juan y que jamás habían participado de una
convocatoria de este tipo.
Personalmente,
entiendo que estos dos hechos inéditos en la política sanjuanina
representan lo más importante que pudo mostrar el acto: una nueva conformación
política en la provincia que comparte en y con la Corriente Nacional de
la Militancia San juan la necesidad de la profundización de los cambios
iniciados por Néstor Kirchner en la Nación y por José Luis Gioja en la
provincia, tendientes hacia la liberación nacional y el bienestar de
todos los habitantes de la Argentina y Latinoamérica.
Lamentablemente
hay sectores de mundo político que no entienden que el trabajo
militante que quedó demostrado en el acto no responde a una búsqueda de
protagonismo, o a meras aspiraciones de cargos políticos. Esta
conformación aspira a generar los espacios (y a fortalecer los
existentes) de participación política de la provincia de San Juan.
Este proceso de fortalecimiento es bidireccional. Por un lado, responde a una necesidad de la conducción
del proyecto nacional popular y latinoamericano, encabezado por
Cristina Fernández. Y por otro lado, responde a la necesidad de
participación por parte de múltiples sectores políticos y comunitarios
que, ya sea por mezquindades localistas o por la escasa o nula intención
de referentes departamentales del Frente para la Victoria, no han
podido tener acceso a herramientas político institucionales que les
permitieran no solo crecer, sino atender las necesidades de la comunidad
desde la participación política popular.
La
Corriente Nacional de la Militancia San Juan es un brazo constructor al
servicio de la política nacional y provincial, ya que complementa la
labor política que sustenta la gestión del gobernador Gioja más allá de
lo estrictamente partidario. Desde otros espacios políticos, se converge
en la Corriente San Juan entendiendo que el proyecto provincial
necesita, para su perdurabilidad, protección y profundización, la
participación de varios sectores. Por este motivo, la dirigencia
política local debiera integrar a la Corriente como un aliado
fundamental y no como un adversario, como un elemento de cohesión para
defensa de los intereses provinciales y nacionales.
* Diego
Maximiliano Flores Burgos: Licenciado en Ciencias Políticas de la
Universidad Nacional de San Juan. Elaborador de políticas públicas.
Coordinador de la agrupación estudiantil universitaria Encuentro
Estudiantil y miembro de la Corriente Nacional de la Militancia San
Juan.
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Análisis y propuestas para San Juan y el país
miércoles, 10 de octubre de 2012
Análisis e impresiones del acto de lanzamiento de la Corriente Nacional de la Militancia San Juan
Nota publicada en Sintoma Social Revista Digital: www.sintomasocial.com.ar
Un cambio cultural en el rol de los jóvenes
Nota publicada en Sintoma Social Revista Digital: www.sintomasocial.com.ar
Notas y Entrevistas |
Martes, 09 de Octubre de 2012 00:00 |
La
propuesta nacional y provincial para otorgar el voto a jóvenes desde
los 16 años volvió a correr el velo de la sociedad argentina mostrando
la matriz conservadora que subyace en nuestra cultura. Esta matriz está
basada en la concepción de aquel hombre que el pesimismo antropológico
define: el hombre es un ser malo, que necesita ser guiado por algo o
alguien, para que no se autodestruya.
El arte de nuestros enemigos es desmoralizar,
entristecer a los pueblos.
Los pueblos deprimidos no vencen.
Por eso venimos a combatir por el país alegremente.
Nada grande se puede hacer con la tristeza.
La juventud tiene su lucha, que es derribar
a las oligarquías entregadoras, a los conductores
que desorientan y a los intereses extraños que nos explotan. No es posible quedarse a contemplar el ombligo de ayer y no ver el cordón umbilical que aparece a medida que todos los días nace una nueva Argentina a través de los jóvenes... No se lamenten los viejos de que los recién venidos ocupen los primeros puestos de la fila; porque siempre es así: se gana con los nuevos. Arturo Jauretche
La
propuesta nacional y provincial para otorgar el voto a jóvenes desde
los 16 años volvió a correr el velo de la sociedad argentina mostrando
la matriz conservadora que subyace en nuestra cultura. Esta matriz está
basada en la concepción de aquel hombre que el pesimismo antropológico
define: el hombre es un ser malo, que necesita ser guiado por algo o
alguien, para que no se autodestruya. Esta es la filosofía que adopta el
filósofo del autoritarismo político, Thomas Hobbes, cuando considera,
explicando el estado de naturaleza, que el hombre es el lobo del hombre;
de allí que necesite que el Leviatán (el Estado) preserve su vida
mediante el orden.
Esta
concepción del hombre lleva luego a que el hombre deba ser regido por
alguna “verdad” que lo oriente y discipline. La religión ha tomado muy
bien este papel, de allí que para preservar la “verdad oficial” se
instauraran rígidos controles para que el hombre no se “equivocara”; uno
de ellos, es el conocido proceso de la inquisición. Desde la política
también se hizo lo propio.
La
necesidad de domar o domesticar al hombre bajo ciertos principios ha
llevado también al surgimiento de regímenes autoritarios fuertes, cuyos
ejemplos más claros son los totalitarismos fascista, nazi y stalinista.
La autoridad fuerte es la única manera de cuidar al hombre, de evitar
que este pueda destruirse y equivocarse al ejercer su libre pensamiento
que, seguramente, lo llevará al error. Pero también el sistema de
representación política, que triunfó con el establecimiento de la
constitución de los EE.UU de 1787 frente a la delegación política
manifiesta a esta desconfianza, siendo su versión local la siguiente
idea: “el pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus
representantes” (art. 22 Constiución Nacional).
En
América Latina, y en la Argentina en particular, el pesimismo
antropológico se dio en un crisol donde confluían varios factores. Los
principales fueron la tradición cristiana católica, los sectores
vinculados a las potencias extranjeras, fundamentalmente las oligarquías
agro-ganadero-exportadoras y el pensamiento liberal que propugnaba el
progresivismo histórico, es decir, que el camino de la civilización
estaría dado por la alineación con estas potencias y no desde la
centralidad de nuestras tierras. Facundo o Civilización y Barbarie
refleja claramente esta posición del liberalismo de Mitre y Sarmiento en
el siglo XIX; las que también se manifiestan aún hoy, como durante el
cacerolazo del 13 de septiembre último, donde se podían ver carteles en
la puerta de la Catedral local que decían “no queremos ser como Cuba o
Venezuela”, es decir, no queremos ser latinoamericanos, queremos estar
junto con los países desarrollados, no queremos la “Barbarie”, queremos
la “Cvilización Occidental y Cristiana”.
En
ese marco y en el contexto social actual, si el hombre es malo, el
joven es peor, porque es rebelde, es revolucionario, no está domesticado
todavía, se resiste a seguir al rebaño, al decir de José Ingenieros.
Pero los jóvenes domesticados, que asumen el rol que la sociedad
conservadora les otorga, lo cumplen muy bien. Hace poco tuve la
oportunidad de asistir a un simulacro de plebiscito sobre el voto a los
16 años realizado en una escuela rural de la provincia de San Juan en el
que votaron alumnos, docentes y padres. Allí ganó el NO por 62
votos, contra 6 votos al SI (uno de ellos el mío). Y escuchando luego
las expresiones de los estudiantes que están prontos a egresar, que
además consideran no tener capacidad para emprender la universidad, y
que creen que no podrán terminarla y por ende no tienen pensado seguir
estudiando, comprobé la frase de Don Arturo: "los pueblos deprimidos no
vencen". Esos jóvenes ya están derrotados.
"Quieren
hacerlos votar a los 16 pero no quieren bajar la edad de
imputabilidad”: pesimismo antropológico que choca con el optimismo
antropológico de un proyecto de gobierno que tiene como principio la
esperanza y el optimismo para vencer, para la liberación. El slogan de
gobierno: “Argentina, un país con buena gente” resume ese mensaje. El
panorama nos muestra entonces el choque de quienes tienen una visión
negativa de los jóvenes y otra visión positiva defendida por quienes
creemos que ellos son el motor del cambio, de la revolución necesaria,
tanto social como cultural.
*
Diego Maximiliano Flores Burgos: Nacido el 6 de abril de 1981.
Licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de San Juan.
Elaborador de políticas públicas. Coordinador de la agrupación
estudiantil universitaria Encuentro Estudiantil y miembro de la
Corriente Nacional de la Militancia San Juan.
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