domingo, 26 de junio de 2011

No llores por el oro derramado


Desde hace varias semanas asistimos al escenario mediático de reclamos entre la Cámara de Proveedores Mineros de San Juan (CASEMI) y sus reclamos a la empresa Barick S.A.

A prima facie, produce cierta adhesión y hasta ternura la posición de CASEMI, ya que parece justo que una cámara empresarial sanjuanina reclame a una empresa transnacional por la participación en las licitaciones, lo que a quienes respaldamos el proyecto de inclusión vía trabajo y utilización del capital productivo versus el financiero especulativo (proyecto Nacional, Popular y Latinoamericano), nos parece perfecto.

Porque además, es trabajo de familias sanjuaninas las que estaba en juego. Y si estas empresas locales no recibían la posibilidad de participar en condiciones legales y legítimas, era el trabajo de sus obreros, técnicos y profesionales los que quedaban afuera.

Entendiendo al sector trabajador como columna vertebral del movimiento nacional y popular, esto no se puede permitir.

Por supuesto, es la movilización y la lucha la que permite remontar la colina de las injusticias. En eso estamos de acuerdo. Pero la lucha puede ser organizada o desorganizada. El asunto es, ¿la lucha estuvo bien organizada?

La respuesta no es positiva. Y nuestra fundamentación será nuestro diagnóstico. Desde hace cuatro años los proveedores mineros locales tenían la información por parte del Secretario de Minería de la Nación, Mayoral, de que Pascua-Lama se realizaría, pero obviamente, estos mismos proveedores locales debían demostrar su fuerza y capacidad de organización frente a Barrick S.A. para exigirle a esta empresa la inclusión del trabajo sanjuanino.

Lo que sucedió es que CASEMI nunca se organizó para presionar a Barrick S.A. para participar de las licitaciones del emprendimiento minero más grande de América del Sur. En síntesis de este primer punto, el trabajo sanjuanino no tenía chances si no había quien peleara por él.

La cuestión de la legitimidad.

Con más de 600 empleados que CASEMI junto con sus 150 empresas y su directorio de 5 gerentes disponían, la lucha por el trabajo sanjuanino tenía chances. Pero, ¿como hacer o sumarse a la lucha de un grupo de empresas que tienen a sus empleados en negro, que no pagan las horas que corresponden, prefieren disfrutar de carreras de rally antes que pagar el sueldo correspondiente y hacen ostentación de la riqueza obtenida por las calles de San Juan?

¿Que legitimidad pueden tener estos empresarios? ¿Acaso están reclamando por trabajo para sus obreros, para que sus empresas crezcan dando más trabajo, para aumentar sueldos? O es para pasar del BMW 2009 al 2011?

Las movilizaciones populares son las que están conformadas por el pueblo, por los trabajadores y las que requieren la solidaridad popular. No las movilizaciones de la abundancia, que generan desprecio por parte de sus mismos trabajadores que conocen los movimientos de la empresa, sus ganancias y sus pérdidas.

Otro elemento para tener en cuenta: La cúpula gerencial de Barrick S.A. está comprometida con el trabajo y la producción sanjuaninos? La realidad indica que no. A diferencia de la gerencia chilena del proyecto Pascua-Lama, la gerencia de Barrick Argentina no se ha decidido para que el trabajo sanjuanino esté presente en cantidad y calidad en el proyecto.

¿Como a la gerencia puede interesarle el trabajo sanjuanino, cuando empresas no sanjuaninas conocen con bastante antelación las licitaciones, mientras que las empresas sanjuaninas lo hacen solo con 48 hs de anticipación?

¿Acaso 500 millones de dólares representan mucho para la provincia de San Juan, para sus empresas proveedoras de servicios mineros? ¿De cuanto, de 3000 millones, que es el monto de la inversión total? El 75% de las inversiones más importantes, ya están adjudicadas, entiéndase, con contrato elaborado. Que puede pedir CASEMI hoy a la gerencia de Barrick Argentina, si ninguno de los dos puede, uno por falta de compromiso, otro porque ha preferido a los capitales extranjeros antes que los nacionales y los sanjuaninos, revertir la situación actual?

En síntesis, CASEMI y la gerencia de Barrick Argentina son responsables no solamente por el trabajo potencial perdido en el emprendimiento minero más grande de América del Sur, sino también por el trabajo efectivamente perdido. Empresas que hace cuatro años tenían 400 empleados, hoy tienen 40.

La lucha deber ser organizada, teniendo en cuenta quienes son los responsables y cuales son los tiempos. De lo contrario, se llorará por el oro derramado.


Diego M. Flores Burgos
ENPL Encuentro Nacional Popular y Latinoamericano