jueves, 27 de noviembre de 2008

SOBRE LA REINSTAURACIÓN DE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA EN LAS ESCUELAS EN SALTA


La Legislatura salteña se apresta a tratar el proyecto de enseñanza religiosa en las escuelas públicas. Para asesorarse llamaron a todo el fundamentalismo religioso. Ningún racionalista o librepensador fue invitado. Allí, católicos y evangelistas (que por un abuso estadístico dicen ser, sumados, mayoría absoluta; nominalmente, porque cuentan también a los no practicantes o indiferentes), hicieron un frente común "cristiano", relegando al rabino e ignorando a los musulmanes, olvidando sus diferencias originadas en aquella venta de indulgencias. Una pavada. si consideramos las ingeniosas y renovadas ventas televisivas de la "rosa viva", "oleos sagrados", "mantos" y tantas originales como milagrosas ocurrencias que deben causar la envidia de la Iglesia originaria, que apenas cuenta con alguna Virgen recaudadora cada tantos kilómetros. No en vano dice Max Weber que el protestantismo es la religión del capitalismo… Los otros. no son mejores: son de la Edad Media.

Allí se asentaron pautas fundamentales. No harán catequismo, pero infundirán el "temor de Dios". ¡Bien, eso sí es educación! El temor de Dios es tan eficaz como el temor a la Policía. Vean como Dios castiga a los ricos, llenándolos de responsabilidades, sin asegurarles la vida eterna como a los pobres de espíritu y bienes que, si no protestan demasiado, irán al cielo.

Dicen que van enseñar religión, no como práctica sino como formación cultural e histórica. Bueno, pero no se "coman" los capítulos sobre la Inquisición, las Cruzadas, el exterminio de los cátaros, las Guerras de Religión, la destrucción cultural de América, la quema de brujas, herejes y judaizantes o el Holocausto o Shoá.

No se olviden de enseñar que los judíos mataron y flagelaron a Jesús. Pueden ilustrar la clase exhibiendo "La Pasión de Cristo" del Mel Gibson, donde se demuestra que los judíos son malos, feos, sucios y crueles.

No se olviden de enseñar que "Mahoma sólo trajo al mundo cosas malas e inhumanas al ordenar la difusión de su fe por la espada". El Papa "dixit", aunque después dijeron que fue un "blooper" sin importancia.

No se olviden de descalificar al budismo como religión, porque son ateos.

No se olviden de combatir las creencias populares de los pueblos originarios, por paganas y burdas supersticiones.

No se olviden de asustar a los niños con el Infierno, que no es una metáfora, sino real, existente, un lugar siniestro donde las almas de los que pecan o no obedecen sufrirán castigos eternos, como muestra de la misericordia divina.

Y lo fundamental, como muy bien acordaron en ése seráfico cónclave los representantes e intermediarios de la divinidad: los que no creen en Dios, no tienen Moral.

Así es que ese niñito o niñita que quedó solo en el patio de la escuela, porque él o sus padres no son creyentes de ninguna religión, en el recreo pueden burlarse de él o ella porque es diferente, es casi un animal. También pueden pegarle porque está más cerca del Diablo, el Mal, que de Dios. Aprovechen para manosearlo/a, ya que como no tiene Moral no le importará. Y no lo hagan suave, como a veces amorosamente hace el bondadoso Padre o Pastor, porque aunque parezca que llora, como no tiene Dios seguro que tampoco tiene sentimientos. Y hasta como festejo y a la mayor honra de Dios, podrían prenderle fuego al guardapolvo. Seguro que no le duele.

Una presunta identidad cristiana de la provincia, además de arbitraria y anticonstitucional, atenta contra las normas básicas de la convivencia en paz y civilizada entre personas que, afortunadamente, pensamos distinto.

La enseñanza común en la escuela pública siempre fue igualitaria, además de gratuita y obligatoria. El laicismo era el que igualaba y gracias a esa tradición de la Ley 1420 se fundó la nacionalidad argentina, con la masa heterogénea de los hombres de buena voluntad que quisieron habitar este suelo. Ese óptimo sistema educativo fue tan fundacional como el 25 de mayo o el 9 de julio. O más.

La legislatura salteña puede disponer un retroceso a una sociedad atrasada, intolerante, monástica, dividida, prejuiciosa y a sembrar vientos para futuras tempestades. Diputados y senadores, votando esta maléfica ley, inscribirán sus nombres como quienes, excediendo la voluntad de sus representados, atentaron contra la armonía, la tolerancia y la convivencia del pueblo, en su parte más vulnerable e inocente como es la niñez. Ganarán el cielo, pero desatarán el infierno en la tierra.

La democracia no es sólo el gobierno de una mayoría circunstancial. Debe respetar la libertad, principalmente la de las minorías. Y la libertad de conciencia, que no admite presiones ni imposiciones, es más sagrada que todas las religiones juntas.

Marcelo O´Connor.-

domingo, 23 de noviembre de 2008

NEGRO, GORDO Y PIQUETERO




Ayer (21 de noviembre) estuvo en la provincia de San Juan el dirigente de la Federación Tierra, Vivienda y Hábitat, Luis D’ Elía. Poca difusión tuvo su visita. Es que los medios provinciales acompañan, en general, la idiosincrasia popular que ellos mismos ayudan a formar. Ellos son la opinión pública, como mencionó Forster el viernes en la Facultad de Ciencias Sociales en la presentación de Carta Abierta.

Y es que los brazos del imperio en la Argentina, los cipayos indignos, inmorales y destituyentes han aprovechado y trabajado hondamente los prejuicios de la clase media y media alta del país. Lo malo viene en envase negro y pobre. Y piquetero… esa es una redundancia.

Además lo gordo es antiestético. Es de lo que se huye. Lo feo e indeseable. Para ellos está Cuestión de Peso.

Nunca voy a olvidar las imágenes que una noche, en el Canal de noticias TN del grupo massmediático Clarín, D’Elía dijo sobre la manipulación que los medios hacen sobre el pueblo y los gobernantes. Como se transforman en la opinión pública. Como engañan, acarrean, mienten, distorsionan, juegan parcialmente. Y la frase de periodismo independiente, que siempre está.

D’Elía fue el único que defendió no un gobierno, el de Cristina Kirchner en particular. Defendió al gobierno de los argentinos, un gobierno popular, elegido mediante sufragio libre y secreto, avalado por la mayoría. Un gobierno que, bajo el imperio de la potestad estatal, decidió una política, la cual fue puesta como caballito de batalla de la agenda mediática, que taladraba las mentes de los televidentes, quienes lamentablemente y debido a la falta de cultura crítica, adoptaban como dogma.

El exponente en este período destituyente que defendió la institucionalidad es Luis D’Elía. Sus minutos en el aire en A dos voces fueron concretos y claros frente a la relación de los medios y en particular del Grupo Clarín en esta nueva jugada de los poderes concentrados del país contra un gobierno popular. Ya lo vivimos muchas veces en nuestra historia nacional y latinoamericana, lo que pasa es que los argentinos somos de mala memoria y preferimos a Tinelly al canal Encuentro o un libro de historia.

Defensor de lo popular, la causa nacional, latinoamericana y democrática, no dudó D’Elía en usar la fuerza cuando fue necesaria. Ese es otro instrumento de manipulación mediática. La piña que le metió a un ciudadano que lo insultó durante una cuadra fue el principal elemento para descalificarlo. Se juega con la paz ingenua y contra la violencia cuando conviene, cuando a las convicciones hay que defenderlas a capa y espada. Pero nada se dice de la violencia simbólica y horizontal que estos medios y algunos políticos tratan de extender desde la clase media y alta contra los pobres y marginados y contra aquellos que osan desafiar el poder establecido.

El título de esta nota refiere a la manipulación y uso que desde la psicología social, empleada por los multimedios absolutamente parciales, herramientas del imperialismo, utilizan para fragmentar la sociedad, para que cada uno viva más encerrado, fomentando el individualismo y el sálvese quien pueda y nos alejemos cada vez más de la lucha integral contra la desigualda y por la libertad.

Lamentablemente los argentinos tenemos estos graves problemas: mala memoria, criterio superficial, liviandad en la crítica y aversión a que nos digan la verdad. La demagogia ya dejó de ser un instrumento político para pasar a ser un instrumento del mercado. Y los medios no son la excepción en su uso.

Somos todos responsables, en mayor o menor medida de lo que nos sucede. Principalmente por no reconocer al enemigo popular. Por utilizar el prejuicio como instrumento de análisis de la realidad. Por utilizar las apreciaciones despectivas de negro, gordo y piquetero como forma de instalar a un chivo expiatorio, a quien dirigir todas nuestras broncas y prejuicios racistas, que los medios nos ayudan a fomentar.

La Argentina se construyó como crisol de razas. Los pueblos originarios, quienes vinieron por distintas razones a nuestra tierra. Todos somos responsables de la construcción de un país que discuta las formas en base a la tolerancia, el respeto por las diferencias, la lucha contra el fanatismo y el dogmatismo. Un pueblo que se exprese y discuta en base al fundamento profundo de la razón y no al fundamento de la noticia proveniente de un medio de comunicación parcial. Sino, deberemos aprender a ser honestos y hacer silencio cuando nos sintamos ignorantes.

Diego M. Flores Burgos


jueves, 3 de julio de 2008

DESIGUALDAD E INSEGURIDAD EN SAN JUAN

Lucía Vidales, Policías. Técnica Mixta. 2007. http://malapintura.blogspot.com


Hoy nuestra provincia se encuentra convulsionada por los últimos lamentables acontecimientos ocurridos en el departamento de Rawson. Hechos que muestran el abandono y la desprotección a la que parte de la sociedad está sometida.

Y digo parte porque la inseguridad no se vive de la misma manera en todos los sectores. La presencia policial, que es la manifestación objetiva de la presencia del Estado en materia de seguridad, solamente es visible en forma permanente en el microcentro de la ciudad capital. En todos los demás rincones del Gran San Juan, la policía solamente es una visita eventual, en ocasión de recorrida o para atender un suceso desgraciado.

La desigualdad real que vivimos los sanjuaninos, y que lamentablemente, es propiciada desde el propio Estado también, ya la he tratado en otra nota anterior (Sanjuaninos categorizados 28/09/07). Y seguiré sosteniendo su tesis fundamental: En nuestra provincia, los sanjuaninos tenemos condiciones diferenciales de vida según el área de residencia: quienes tienen la fortuna de residir dentro de las cuatro avenidas, tienen un confort prestacional por parte del Estado provincial y municipal equivalente al de las ciudades de los países desarrollados. Cruzando la avenida la cosa cambia bastante. Ya nos encontramos con que la infraestructura y los servicios no son del primer mundo, o de un nivel que den orgullo.

Y así a medida que nos alejamos de la plaza 25 de Mayo, las categorías descienden progresivamente, hasta llegar a un nivel de abandono humano casi total, fenómeno que se da en las localidades más pequeñas del campo sanjuanino.

De la misma manera, con la seguridad pasa lo mismo. Se priorizan zonas, se les da más importancia a algunos residentes que a otros. Por ello no todos sufren la inseguridad de la misma manera. Ni se interiorizan de ella de igual modo. Quienes pueden pagar la seguridad privada, viven en un barrio cerrado (pequeño gheto) o son altos funcionarios de los tres poderes del Estado tienen en su cabeza una preocupación menos. Su posición económica o las herramientas de las que disponen les permiten gozar de cierta tranquilidad. ¡Mala suerte los que se encuentran fuera de estos grupos!

Que Chimbas y Rawson sean las zonas donde hay más inseguridad en la provincia es relativo. Relativo si tenemos en cuenta la presencia policial en la zona. Relativo si nos damos cuenta que hay zonas donde no hay vigilancia, seguridad privada o alarmas comunitarias. Ni hablemos de la relatividad respecto de la aplicación de un verdadero plan de seguridad en esas zonas.

Este tipo de hechos gravísimos solo nos demuestra que el plan de militarización de la sociedad sanjuanina ha fallado. Y lo ha hecho porque este plan solamente hace incapié en el funcionamiento represivo de la Policía de San Juan. Queda de lado su rol disuasivo, su faz preventiva, que es la que verdaderamente debe actuar y ponerse de manifiesto, a fin de no convertirnos en una sociedad militarizada.

Pero claro, no es esto lo único. Sería caer en el facilismo. No basta con más policías, más patrulleros, más armas. Basta de facilismo. Hay que reconocer que la problemática de la seguridad es un tema muy complejo que debe ser analizado por especialistas en el tema. No por opinólogos o gente con buena intención.

La problemática social, la contención a niños y jóvenes, el narcotráfico, la trata de blancas, la creación de empleo genuino, la reconstrucción del sistema educativo como ámbito de comprensión de las problemáticas infanto-juveniles, el apoyo y asesoramiento a los padres, la democratización y eficientización del sistema judicial son cuestiones que forman parte también de un plan de seguridad. De un plan que repute denominarse serio, no de un vano intento por hacer algo, no de otra medida demagógica.

Un plan de estas características debe conformarse interdisciplinariamente, por verdaderos especialistas en el tema. De lo contrario y con el devenir natural de las cosas, terminaremos por vivir en una sociedad militarizada, llena de miedo y desconfianza, claro, en el mejor de los casos.

Diego M. Flores Burgos

martes, 6 de mayo de 2008

La historia se repite una y otra vez



La historia es una ciencia que describe el pasado, que explica los fenómenos que ocurrieron, la retropredicción: sus causas, los actores que intervinieron.

Además la historia del hombre es de carácter cíclico, y debido a esa característica es posible, dadas ciertas condiciones, incluso salvando las distancias temporales y espaciales, predecir acontecimientos. Incluso, nos permite ganar tiempo, ya que no hace falta que el tiempo pase para poder lograr una comprensión más acabada de la realidad presente. Basta con analizar los hechos pasados, sus actores y sus consecuencias.

Hoy como tantas otras veces en nuestra América se da la tradicional pero poco conocida lucha entre explotadores y explotados, entre quienes buscan la libertad y quienes nos sojuzgan.

América, tierra aborigen, que aceptó, generalmente, amistosamente al hombre blanco, que luego lo traicionaría y lo sometería hasta la extinción. América, tierra de levantamientos en pos de la libertad, cuyos mártires, como Túpac Amaru, sufrieron en carne propia la humillación y el sometimiento cuando luchaban por la dignidad de su pueblo.

Se levantó luego contra la colonización y fue así que obtuvimos nuestra independencia, no así nuestra libertad económica. La guerra de la triple alianza contra el Paraguay fue la más dura demostración de que la organización económica y política autónoma e independiente sería reprimida totalmente por el imperio (británico en aquel tiempo).

Otra vez, pueblo rebelde, necesariamente y con razón, se levantó con los populismos latinoamericanos. Irigoyen, Perón, Getúlio Vargas, entre otros, sufrieron también personalmente, los embates de minorías que no aceptaban el gobierno del pueblo.

Las dictaduras que establecieron en nuestra tierra la desmovilización de la sociedad civil y la normalización (liberalización) de la economía, junto con los años de política neoliberal y massmediática, hicieron pensar que el valor y el deseo de justicia había muerto.

Pero vemos que no es así. Nuevamente, testaruda y tozuda, se levanta nuestra América. El populismo vuelve para devolverle al pueblo lo que le pertenece, lo que necesita para desarrollarse plenamente.

Nacionalizaciones en Venezuela y Bolivia, cambios de régimen en Paraguay, movimientos políticos fuertes en Brasil, Perú y México, lucha por la progresividad impositiva en la Argentina. Todas medidas que pretenden devolverle la dignidad al trabajador y al ciudadano y la autonomía necesaria, en el marco de la globalización, de la cual no se puede salir ni escapar, pero dentro de la cual podemos realizar nuestro proyecto nacional.

Bastaría que la gran parte de la población argentina y de otros países pudiera aunque sea escuchar la conversación de un avezado analista histórico político o leer e instruirse en historia para darse cuenta que estos hechos ya los vivimos. Claro que talvez no vivíamos para verlos, pero se dieron.

La incapacidad para elaborar nuestro propio criterio nos impide ser libres pensadores y cuestionar el actual sistema vigente. Nuestra fuente de alimentación es la TV transnacional, que como dogma religioso, asumimos como verdad.

Los enemigos, grupos minoritarios que no respetan la voluntad popular y que viven a costa del pueblo, como siempre, forman un frente con las fuerzas internacionales que aspiran al mantenimiento del statu quo y a la restauración, en caso que se den pasos hacia adelante.

La desestabilización y el boicot lo sufren justamente estos países que, en distinto grado y profundidad, han decidido empezar a tomar las riendas de su destino.

Todo tiene una razón de ser. Cuesta no caer en el simplismo si solo vemos la televisión manipulada. La historia enseña, la política enseña. Enseña que todo esto no es más que lo mismo de siempre, la eterna lucha entre explotados y explotadores. Humillación y sojuzgamiento a los que no debemos resignarnos, tampoco buscar revanchismos, sino reclamar y obtener la dignidad que como hombres, seres iguales por naturaleza y dignidad, tenemos.

Nada es nuevo, todo se repite, siempre de la misma manera. Getúlio Vargas, presidente del Brasil escribió, antes de suicidarse, una reseña que nos sirve hoy, 64 años después, para comprender las cosas:

Carta-testamento de Getúlio Vargas

"Más de una vez las fuerzas y los intereses contra el pueblo se coordinaron y se desencadenaron sobre mí.

No me acusen, insulten; no me combatan, difamen; y no me den el derecho de defensa. Necesitan apagar mi voz e impedir mi acción, para que no continúe defendiendo, como siempre defendí, al pueblo y principalmente a los humildes. Sigo lo que el destino me ha impuesto. Después de décadas de dominio y privación de los grupos económicos y financieros internacionales, me hicieron jefe de una revolución que gané. Comencé el trabajo de liberación e instauré el régimen de libertad social. Tuve que renunciar. Volví al gobierno en los brazos del pueblo.

La campaña subterránea de los grupos internacionales se alió con grupos nacionales revolucionarios contra el régimen de garantía del trabajo. La ley de trabajos extraordinarios fue interrumpida en el Congreso. Contra la Justicia de la revisión del salario mínimo se desencadenaron los odios. Quise crear la libertad nacional en la potencialización de nuestras riquezas a través de Petrobrás, mal comienza ésta a funcionar cuando la onda de agitación crece. La Eletrobrás fue obstaculizada hasta el desespero. No quieren que el pueblo sea independiente.

Asumí el gobierno dentro del espiral inflacionario que destruía los valores del trabajo. Las ganancias de las empresas extranjeras alcanzaban hasta el 500% al año. En las declaraciones de valores de lo que importábamos existían fraudes que constataban más de 100 millones de dólares al año. Vino la crisis del café, se valorizó nuestro principal producto. Intentamos defender su precio y la respuesta fue una violenta represión sobre nuestra economía al punto de vernos obligados a ceder.

Vengo luchando mes a mes, día a día, hora a hora, resistiendo la represión constante, incesante, soportando todo en silencio, olvidando y renunciando a todo dentro de mí mismo, para defender al pueblo que ahora se queda desamparado. Nada más les puedo dar a no ser mi sangre. Si las aves de rapiña quieren la sangre de alguien, quieren continuar chupando al pueblo brasileño, yo ofrezco en holocausto mí vida. Escojo este medio para estar siempre con vosotros. Cuando los humillaran, sentirán mi alma sufriendo a su lado. Cuando el hambre fuera a golpear sus puertas, sentirán en sus pechos la energía de lucha para ustedes y sus hijos. Cuando los desprecien, sentirán en mi pensamiento la fuerza para la reacción.

Mi sacrificio los mantendrá unidos y mi nombre será vuestra bandera de lucha. Cada gota de mi sangre será una llama inmortal en su conciencia y mantendrá la vibración sangrada para resistir. Al odio respondo con perdón. Y a los que piensan que me derrotan respondo con mi victoria. Era un esclavo del pueblo y hoy me libro para la vida eterna. Pero este pueblo, de quien fue esclavo, no será más esclavo de nadie. Mi sacrificio quedará para siempre en sus almas y mi sangre tendrá el precio de su rescate.

Luché contra la privaciones en el Brasil. Luché con el pecho abierto. El odio, las infamias, la calumnia no abatirán mi ánimo. Les daré mi vida. Ahora les ofrezco mi muerto. Nada de temor. Serenamente doy el primer paso al camino de la eternidad y salir de la vida para entrar en la historia."


24 de agosto de 1954. Getúlio Vargas


Diego M. Flores Burgos

miércoles, 26 de marzo de 2008

En Argentina se libra una batalla




Rutas cortadas, desabastecimiento potencial, manipulación mediática de la información. Todas consecuencias de este movimiento de piezas que hábilmente, la siempre persistente, lamentablemente, oligarquía agropecuaria de la Argentina, ha sabido pergeñar.

Es que en esta medida sectorial están reunidos dos grupos que, aunque similares en lo aparente, son muy distintos en el fondo.

Esto porque los pequeños productores pampeanos, aquellos cuyas propiedades llegan hasta las 300 hectáreas y que son los que verdaderamente brindan ocupación en el campo, por esas cosas del destino, se han integrado en la lucha junto con los terratenientes, la clásica oligarquía agrícola, ya no ganadera (porque la carne tiene menos rentabilidad que los granos).

La misma oligarquía terrateniente, que desde la campaña del desierto, esa apertura a la fuerza de las tierras ocupadas por indígenas y posteriormente ocupadas por los hijos de la campaña, viene disponiendo de los gobernantes y de las políticas de gobierno.

La misma oligarquía que mantuvo siempre en el atraso a nuestra Nación.

La misma oligarquía que, cuando hubo posibilidad de sustituir el modelo agroexportador, para ser menos dependientes de los países desarrollados, sabotearon todas las posibilidades.

Sabotearon los gobiernos populares de Irigoyen, en 1930, el de Perón en 1955, el de Frondizi en 1962, el de Illia en 1966 y el de María E. Martínez de Perón en 1976. Gobiernos en los que el pueblo, como titular de la soberanía estatal, ejerció su derecho de nombrar a sus conductores.

Actuando de esta manera, hundieron las posibilidades de una Argentina industrial, una argentina desarrollada y más igualitaria.

Hoy no están las FFAA para apoyar a estos grupos, grandes grupos concentrados, apoyados por los pequeños productores, para realizar otro golpe de estado. Pero como dice el Chango Illanes, esta situación 30 años atrás hubiera sido causa suficiente para la aparición de un gobierno de facto.

Esta oligarquía tiene las características recesivas de todas las oligarquías americanas. Aún de las que hoy se mantienen en otros países y que generan este tipo de conflictos. Piénsese en Bolivia y en Venezuela.

Pero recuérdese el caso de los EE.UU. Ese país también tuvo su oligarquía terrateniente. Y para que triunfara el modelo industrialista debieron pasar 4 años de guerra civil. Al finalizar la guerra, era claro que el modelo que iba a seguir el país del norte no iba a ser el de los terratenientes al poder, sino el de los burgueses e industriales al poder.

Por ello y por su lógica protestante, como lo explicó bien Max Weber, EE.UU. se transformó en un país desarrollado e industrializado. No sería seguramente como el resto de lo países latinoamericanos, pero tal vez tendría un grado de desarrollo equivalente al de España o Italia.

Este paro agropecuario no es una lucha de pueblo contra gobierno o pueblo contra piqueteros, como algunos medios tales como el canal de TV América quieren mostrar.

El gobierno, recordemos, es el órgano conductor del Estado. Y el Estado somos todos los argentinos y extranjeros que han tomado a nuestro país como su hogar.

La separación entre Estado y Sociedad o entre Estado y Pueblo es una forma más de manipulación de grupos de interés cuyo objetivo es debilitar los mecanismos estaduales de control a fin de poder libremente desarrollar (desregulación) todo el potencial ilimitado y para nada ético de las fuerzas concentradas del mercado. Mercado en el que siempre los pequeños son los perjudicados.

Esta oligarquía, que derrocó gobiernos populares, que desde la devaluación tiene ganancias extraordinarias (aparte de la rentabilidad extraordinaria que la pampa argentina por naturaleza tiene, frente a otras áreas de cultivo del mundo), no comparte la idea de la función social de la propiedad privada. Función, que por lo demás es justa, ya que las ganancias que ellos perciben, si no fuera por el marco social e institucional en el que se encuentran inmersos, no las pudieran haber recibido nunca.

Por supuesto, el sistema de retenciones móviles no es la única medida que el gobierno nacional debe tomar. No nos podemos quedar con eso. Continuar con este mecanismo no redituaría en mayores beneficios palpables para el pueblo. De nada sirve seguir alimentando la alcancía. Hay que destruir, de una vez por todas, la oligarquía terrateniente en la Argentina. Medida que no hay que lograr con violencia, pero que el Estado, en uso del monopolio legítimo del uso de la fuerza, habría de utilizarla en caso de ser necesario.

Para ello debe implementarse de una vez por todas, la reforma agraria.

La reforma agraria es un conjunto de normas que tiendan a evitar la concentración de la tierra, la extranjerización de vastos territorios, la propiedad privada de cerros, montañas, ríos, lagos (las denominadas tierras improductivas), la desertización poblacional del campo y las prácticas contrarias a la industrialización de la nación.

Estas medidas son necesarias de aplicar en este contexto. Sin ellas, las retenciones móviles son solo un instrumento fiscal, nada más.

Pueblo argentino, se está librando una batalla más en esta guerra que desde 1880 la Argentina viene perdiendo contra una minoría “nacional” coligada con intereses externos. Intereses ambos que no son los del pueblo.

Defendamos a nuestro gobierno popular. Defendamos las retenciones móviles a las exportaciones. Exijamos un modelo industrial incluyente frente al agroexportador concentrado y empobrecedor.


Diego M. Flores Burgos

sábado, 8 de marzo de 2008

Defendamos la unidad latinoamericana

Finalmente en la reunión del Grupo de Río se llegó a una resolución del conflicto que esta semana había traído mucha alarma entre los que propugnamos una patria libre, justa y soberana. Patria que no puede cumplir sus objetivos y sus intereses porque desde sus inicios vive acuciada por las potencias mundiales con la eficaz herramienta de la balcanización (divide y reinarás). Maniobra política que nos marcó desde el siglo XVIII y se continúa hoy en día, no solamente en nuestra Latinoamérica, sino también en otras áreas del mundo, en donde los intereses económicos de los Estados imperialistas se unen con los de grupos de pequeños beneficiados de esas regiones y propician en la población un localismo extremo, que no es para nada funcional al pueblo ni sirve verdaderamente a sus intereses.

En este contexto mundial se dio esta semana una grave crisis entre países hermanos, conflicto cuya real causa son las teorías de la guerra preventiva y la seguridad democrática, conceptos estos que conforman la Doctrina Bush. Esta sirve de justificación para que un Estado vulnere el principio de soberanía estatal para que, interviniendo militarmente (o no), viole la soberanía de otro Estado, sobrepasando los principios del derecho internacional público.

Era menester, pues, acabar de una vez por todas con el principio de un germen que está causando mucho daño en otras regiones del mundo. No solo EE. UU. justifica la intervención militar violando la soberanía de otros estados. También lo hace Israel respecto a Palestina y el Líbano. También lo hace Turquía frente a Irak. Es una mala tendencia que se está extendiendo por el mundo.

Y nos llegó a nosotros. Y de manos del segundo país mejor armado de la región.

Por esto mismo, porque tiene un ejercito 8 veces superior al de Venezuela y 11 veces que Ecuador, sumado a que los gobernantes de estos dos últimos Estados tienen un duro frente interno, no les conviene una acción bélica. Y lo saben. Los movimientos de tropas han tenido solamente un efecto publicitario, de manera de mostrar a la región la gravedad del asunto.

Porque más grave que la guerra misma, es el boicot a los intentos de integración que, no sin dificultades y atacados tanto externa como internamente, están lentamente llevando a cabo nuestros países.

Como latinoamericanos, como argentinos y sanjuaninos, debemos caer en la cuenta, por más que nos duela, de que somos países subdesarrollados y pobres. Que nuestras riquezas no son realmente nuestras, que existen grupos minoritarios que se benefician del statu quo. Que ante la inflación, la pobreza y la injusticia, ellos se ven cada día más beneficiados. Son, en general, parte de los sectores exportadores; quienes especulan financieramente; quienes forman parte de los altos niveles del Estado y del poder judicial. También grupos nacionalistas de derecha e internacionalistas de izquierda que no comprenden que la dignidad del pueblo, la soberanía, la justicia y la libertad se consiguen con el mejoramiento sustancial del nivel material y cultural de vida de su gente.

Lamentablemente, es triste darse cuenta como hay quienes se contradicen, puesto que caen sin saberlo, dentro de un proyecto que en el fondo, no les conviene.

Afortunadamente, los criterios de unidad han triunfado en nuestra incipiente patria latinoamericana. El reto a Uribe no tiene que servir para generar revancha, sino para alertar sobre lo que no nos conviene, ni siquiera al agresor.

Lo vivido en República Dominicana es la expresión de un pueblo que está comenzando a comprender que solo él y nadie más que él tiene la llave hacia la libertad e igualdad verdaderas, valores estos que por naturaleza todos los hombres tenemos.

Diego M. Flores Burgos

Declaración de los jefes de estado y de gobierno del grupo de río sobre los acontecimientos recientes entre Ecuador y Colombia


Las jefas y los jefes de Estado y de Gobierno del Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política –Grupo de Río– reunidos en ocasión de la XX Reunión Cumbre en Santo Domingo, República Dominicana, atentos a la situación que prevalece entre Ecuador y Colombia, hemos convenido en emitir la siguiente Declaración:

1. Son motivo de profunda preocupación para toda la región los acontecimientos que tuvieron lugar el primero de marzo de 2008 cuando fuerzas militares y efectivos de la policía de Colombia incursionaron en territorio de Ecuador , en la provincia de Sucumbìos, sin consentimiento expreso del Gobierno de Ecuador para realizar un operativo en contra de miembros de un grupo irregular de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que se encontraba clandestinamente acampando en el sector fronterizo ecuatoriano.

2. Rechazamos esta violación a la integridad territorial de Ecuador, y por consiguiente reafirmamos el principio de que el territorio de un Estado es inviolable y no puede ser objeto de ocupación militar ni de otras medidas de fuerza tomadas por otro Estado, directa o indirectamente, cualquiera fuera el motivo, aún de manera temporal.

3. Tomamos nota, con satisfacción, de las plenas disculpas que el Presidente Álvaro Uribe ofreció al Gobierno y al pueblo de Ecuador, por la violación del territorio y la soberanía de esta hermana nación, el primero de marzo de 2008, por parte de la fuerza pública de Colombia.

4. Registramos también el compromiso del presidente Álvaro Uribe en nombre de su país de que estos hechos no se repetirán en el futuro bajo ninguna circunstancia, en cumplimiento de lo que disponen los artículos 19 y 21 de la Carta de la OEA.

5. Tomamos nota de la decisión del Presidente Rafael Correa de recibir la documentación ofrecida por el Presidente Alvaro Uribe y que habría llegado a poder del Gobierno de Colombia luego de los hechos del 1º de marzo, a fin de que las autoridades judiciales ecuatorianas investiguen eventuales violaciones a la ley nacional.

6. Recordamos también los principios, consagrados por el derecho internacional, de respeto a la soberanía, de abstención de la amenaza o el uso de la fuerza y de no injerencia en los asuntos internos de otros Estados, destacando que el articulo 19 de la Carta de la Organización de Estados Americanos prescribe que "Ningún Estado o Grupo de Estados tiene el derecho de intervenir, directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro. El principio anterior excluye no solamente la fuerza armada, sino también otra forma de injerencia o de tendencia atentatoria de la personalidad del Estado, de los elementos políticos, económicos, y culturales que lo constituyen."

7. Reiteramos nuestro compromiso con la convivencia pacífica en la región, basada en los preceptos fundamentales del derecho internacional contenidos en las Cartas de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos, así como en los objetivos esenciales del Grupo de Río, de manera destacada la solución pacífica de las controversias internacionales y su vocación para la preservación de la paz y la búsqueda conjunta de soluciones a los conflictos que afectan a la región.

8. Reiteramos nuestro firme compromiso de combatir las amenazas a la seguridad de todos sus Estados, provenientes de la acción de grupos irregulares o de organizaciones criminales, en particular de aquellas vinculadas a actividades del narcotráfico. Colombia considera a esas organizaciones criminales como terroristas.

9. Respaldamos la resolución aprobada por el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos el 5 de marzo de 2008. Asimismo, expresamos nuestro apoyo al Secretario General en el cumplimiento de las responsabilidades que le acaban de ser asignadas mediante dicha resolución para encabezar una Comisión que visitará ambos países recorriendo los lugares que las partes le indiquen y elevará un informe de sus observaciones a la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores y propondrá fórmulas de acercamiento entre ambas naciones.

10. Exhortamos a las partes involucradas a mantener abiertos canales respetuosos de comunicación y a buscar fórmulas de distensión.

11. Teniendo en cuenta la valiosa tradición del Grupo de Rio, como un fundamental mecanismo para la promoción del entendimiento y la búsqueda de la paz en nuestra región, manifestamos el total apoyo a todo esfuerzo de acercamiento. En tal sentido, ofrecemos a los gobiernos de Colombia y Ecuador los buenos oficios del Grupo para contribuir a una solución satisfactoria, para lo cual la Troika del Grupo permanece atenta a los resultados de la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores.

Santo Domingo, República Dominicana
7 de marzo de 2008

(Versión Final Revisada. 16:50 horas 7 de marzo de 2008)

miércoles, 16 de enero de 2008

La fuerza de la unión


En estos días se están dando a conocer las pruebas de vida, las cartas y las fotos que las rehenes liberadas Consuelo González y Clara Rojas pudieron traer de su suplicio selvático, provenientes de los privados de la libertad que quedaron y dirigidas a sus familiares y a la comunidad toda. Testimonios que nos llaman al compromiso y a la acción, al apoyo y al interés, de que este tipo de problemas que sufre un hermano país latinoamericano, se resuelvan pronta y adecuadamente.

Si bien es cierto que en el derecho internacional uno de sus postulados es la no intromisión en los asuntos internos de otro país, el pueblo colombiano, no así el gobierno de ese país, aceptaron en esta oportunidad la mediación del presidente venezolano Hugo Chávez y la senadora colombiana Piedad Córdoba, como también anteriormente en el frustrado intento que contó con la presencia del ex presidente argentino Néstor Kirchner y otros delegados presidenciales.

Pese a la oposición que el canje humanitario tuvo del propio gobierno colombiano, prevaleció la solidaridad y la unión de los pueblos latinoamericanos quienes continuaron intentando arribar a resultados positivos y a través de sus delegados, lograron este resultado, la liberación de dos rehenes que desde hace tiempo las FARC mantenían en la selva.

Si bien es cierto, es una pequeña gota de agua en el mar, pues quedan todavía muchos privados de la libertad que deben ser devueltos a sus familias y a sus comunidades. Pero esta acción no debe ser contemplada desde un punto de vista solamente cuantitativo. No radica allí su mayor importancia.

La gran trascendencia del hecho es que los pueblos latinoamericanos, que tenemos fuentes comunes (indígena, crisol y explotación), hemos demostrado que podemos trabajar en objetivos comunes para bienestar de nuestras comunidades. Y no solo eso, que podemos hacerlo y obtener buenos resultados, incluso, ante la negativa influencia que ejercen las fuerzas imperialistas del gobierno de Bush y de su lacayo, el Menem colombiano, Álvaro Uribe.

Ya el anterior intento de liberación de rehenes se vio frustrado por la negativa de Bush y Uribe de brindar garantías adecuadas a las FARC para realizar la entrega de los secuestrados. Negativa fundada en las perniciosas consecuencias que tendrían para el poder neocolonial que los populistas Chávez y Kirchner lograran un triunfo para una causa que, fruto de la negativa del gobierno colombiano de negociar con los insurgentes, no había obtenido resultados en años.

También es importante destacar, que la cooperación latinoamericana, libre de influencias externas (más allá del interés puntual que Francia tiene en la liberación de la colombiana-francesa Ingrid Betancourt) logró cumplir con los objetivos políticos planteados.

Creo que lentamente nos estamos dando cuenta que solo nosotros, los latinoamericanos, quienes tenemos problemas comunes y ausencia de colaboración y ayuda desinteresada de los países desarrollados, somos artífices de la construcción de nuestro presente y futuro, en base al pasado común, indígena, crisol de razas y explotación sufrida, de una sociedad que responda verdaderamente a los intereses del pueblo, intereses que deben manifestarse por medio de las políticas públicas de sus gobiernos, dejando de lado las políticas públicas para las transnacionales y grupos concentrados.

Una sociedad libre, con justicia social, con soberanía popular e integrada con dignidad al mundo, solo es posible construirla mediante lazos de hermandad e igualdad, no de imposición o desigualdad.

Esa es la moraleja de esta feliz y anhelada liberación.

Diego M. Flores Burgos