El Peronismo fue revolucionario sin quererlo. Fue
revolucionario cuando surgió, cuando se definió como tal a una nueva forma de
hacer política, de orientar lo político a un nuevo sujeto histórico: el
trabajador. La frase célebre "la única clase de hombre que reconoce el
peronismo es la de los que trabajan" nos indica eso.
Fue revolucionario sin querer. La revolución es el proceso
de ruptura con la tradición. El peronismo rompió con el status quo. Permitió
una nueva dignidad al hombre trabajador. Revolucionó el sistema productivo,
netamente proveedor de servicios y de materias primas, hacia el trabajo y la
producción industrial. Rompió con la segregación de la mujer al instaurar en
todo el país el voto femenino universal, secreto y obligatorio, como ya había
pasado en 1912 con el masculino y en 1927 para la mujer en nuestra provincia de
San Juan. Rompió con el prejuicio social: los cabecitas negras, los morochos,
los negros, pudieron tener las mismas condiciones y derechos que la tradicional
clase alta y media argentina: pudieron contar con salarios dignos, con
remuneraciones justas, con obra social, con vacaciones pagas, con centros de
recreación como Embalse de Río Tercero o Chapadmalal. Incluso los presos
tuvieron mejores establecimientos para que se cumpliera con la premisa
constitucional de que las cárceles serán para la recuperación y no para el
castigo de los reclusos.
Dejamos de ser un país dependiente de Gran Bretaña en los
servicios tales como el transporte urbano, los ferrocarriles, la marina
mercante. Rompimos con eso también.
Pero considero que la mayor ruptura es la cultural. Es lo
que generó en muchos sectores y muchos habitantes.
Hace pocos días fue el aniversario del nacimiento de Evita.
Evita fue la revolucionaria de la dupla peronista. Quiso armar a los
trabajadores de la CGT para proteger al gobierno peronista. Qué escándalo!
Vamos hacia el socialismo soviético, hacia el comunismo! Los trabajadores
armados! Hasta dónde se podría llegar?! Pero el compañero de dupla no la
acompañó en esa revolución. Cuatro años después y a tres de la muerte de su
esposa, Perón fue derrocado por un golpe de Estado que conllevó al bombardeo de
la Plaza de Mayo, hecho que no se contempla en su debida magnitud hoy en día
tampoco, que dejó más de 200 muertos.
El revolucionario peronista volvió! Esos niños que vivieron
los días felices peronistas crecieron bajo la figura y el ideal Evitista.
Decidieron que había que cambiar el sistema y así lucharon, como mejor
consideraron, dada la época, con las armas. Así surgieron los movimientos
armados de los años 60 y 70 en nuestro país. Pero las mismas armas sirvieron de
pié para que las fuerzas que no querían la revolución, a nivel mundial y local,
aplastaran ese espíritu revolucionario, haciendo dormir a los líderes de
nuestra patria hasta la actualidad.
Revolución es ruptura, la ruptura es violenta. La violencia
es la partera de la historia, decía Marx. El peronismo fue y es el hecho
maldito del país burgués, como dijo John William Cooke, el único que puede
revolucionar la sociedad, de ahí su peligrosidad y los intentos de destruirlo o
travestirlo.
Diego M. Flores Burgos