domingo, 3 de octubre de 2010

La muerte de Néstor Kirchner no sólo afecto al Pueblo argentino


Y no me refiero a los afectuosos pésames que se recibieron de mandatarios representantes de otros países latinoamericanos, donde el ex presidente de los argentinos supo sembrar muy bien el afecto y las ideas que en vida y después de ella recogió, como de otras partes del mundo. Me refiero a lo que no es el pueblo argentino.

El pueblo argentino es el obrero, el desocupado, el trabajador técnico, el profesional liberal, el cuentapropista, el pequeño y mediano productor empresario y comerciante, el científico, el intelectual, el pobre, el estudiante, el militante social. Y lo que no es pueblo es la Gran Burguesía Financiera Transnacional (en adelante GBFT) articulada a través de su red nacional. Ésta también lloró por la muerte de Néstor Kirchner.

Y no porque en el fondo del corazón de quienes operan para la GBFT hubiera residido algún aprecio o cariño humanista. Sino porque su muerte generó lo que más teme este sector de poder: Un hecho político.

Un hecho político no es algún evento melodramático del acontecer diario. Es un evento que genera y moviliza al debate, a la discusión, a la reflexión de la coyuntura y la estructura. Y en el mundo neoliberal que todavía se resiste a morir, pese a que en Europa están probando recetas que sabemos que llevarán a sus pueblos al fracaso, desde mediados de 1970 en la Argentina y en el mundo subdesarollado y desarrollado, la discusión política queda relegada a la neutralidad de la econometría (matemática financiera macroeconómica) y no al necesario debate de la economía política, de los proyectos políticos en disputa, del lugar que ocupamos en ellos.

Los partidos políticos, en crisis desde la irrupción del neoliberalismo en Argentina, dejaron de formar y generar debate hacia adentro y hacia afuera. El conocimiento estratégico de la estructura económica y política que brindaba su más fuerte base científica en el materialismo dialéctico, fue censurado, tergiversado y llevado a la manipulación por los técnicos servidores del sistema, los intelectuales orgánicos del neoliberalismo.

La muerte de un referente del proyecto nacional, popular y latinoamericano, pasa a dar vida: Vida a la discusión, a la reflexión, al debate de proyectos e ideas entre partidarios y extrapartidarios, entre el pueblo. Y esa es el arma que, generalizada, pone en jaque al proyecto del imperialismo central y la dependencia periférica.

Tenemos la oportunidad histórica de recoger el guante, generar y participar en espacios de formación, debate, reflexión y difusión popular. Solo el conocimiento y la reflexión de los proyectos y procesos nos hará libres, nos dará la libertad que nuestros pueblos necesitan y vienen buscando desde hace más de 200 años.


Diego M. Flores Burgos
Encuentro Nacional Popular y Latinoamericano – San Juan

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