Fotos: Telam - San Juan 8 |
Al
igual que en abril del año pasado, una mezcla de pena y bronca embarga a los
sanjuaninos al conocer otro caso de un delito cometido por menores de edad.
Como expliqué en mi anterior artículo: Niños y adolescentes que delinquen ¿Qué hacer? Necesidad de un régimen penal juvenil sanjuanino, existen modalidades provechosas
de atención de esta problemática que no se cumplen en nuestra Provincia. Esta
vez, analizaremos las responsabilidades de distintos sectores de la sociedad
sanjuanina en el delito juvenil.
Rol de la Familia
La
pérdida de autoridad de los padres, la carencia de límites, la falta de
contención y en suma, de amor hacia los hijos, genera un sentimiento de que “todo
se puede” y que libertad es “hacer lo que quiera” (cuando D’Elía decía que a la
sociedad le falta amor, tenía razón). Esto es transversal a todos los sectores
socioeconómicos: Recordemos el caso de la agresión a Florencia Merino en el
Colegio Dante Alighieri o la vejación de la estudiante en Santa Lucía el año
pasado, casos que quedaron impunes totalmente. El pensar, fruto de la actual
concepción materialista posesiva de la vida, que el amor se manifiesta en los
bienes materiales que les brindo a mis hijos, que hace que los padres estén
fuera de la casa el mayor tiempo posible dedicados a hacer dinero, siendo sus
hijos criados por niñeras y empleadas domésticas, en el mejor de los casos, o
por los amigos y la calle. La obesidad infantil, cada vez mayor, las adicciones,
la falta de actividad física y la disciplina que impone el deporte, son
ejemplos de una cultura laxa que a la larga tiene sus consecuencias.
“Yo
crío a mis hijos como quiero”, cuántas veces hemos escuchado lo mismo. Y es un
gran error: los hijos no son propiedad de uno, son, al estilo de la comunidad
de hijos planteada por Platón y explicada por Aristóteles, producto de la
sociedad: reciben de la sociedad formación y vuelcan a ella, a su vez, la
formación recibida. De allí la gran responsabilidad de los padres de los hijos
que entregan a la sociedad.
Rol de la Comunidad
Nuestra
cultura nacional tiene un gran componente centrífugo: la culpa la tiene el
otro: el gobierno, el inmigrante, el negro, el pobre, el delincuente, etc. ¿Pero
la inacción y la indiferencia acaso no son acciones tan agresivas como una
bofetada? Hace tiempo, Bertol Brech (1898-1956), cuando se refería al caso del
analfabeto político, decía:
El peor analfabeto
es el analfabeto
político.
No oye, no habla,
ni participa en los
acontecimientos políticos.
No sabe que el costo de
la vida,
el precio del pan, del
pescado, de la harina,
del alquiler, de los
zapatos o las medicinas
dependen de las
decisiones políticas.
El analfabeto político
es tan burro, que se
enorgullece
e hincha el pecho
diciendo
que odia la política.
No
sabe, el imbécil, que,
de
su ignorancia política
nace
la prostituta,
el
menor abandonado,
y el peor de todos los
bandidos,
que es el político
trapacero,
granuja, corrupto y
servil
de las empresas
nacionales
y multinacionales.
Claro
que sí. El rol de nosotros, los ciudadanos que criamos a nuestros hijos “bien”,
es fundamental. Qué hacemos con las injusticias sociales, con la pobreza, con
la impunidad, con el bulling que sufre aquel niño? Qué hacemos por los niños
que venden estampitas en la noche, por los padres de esos niños que sufren
explotación laboral? ¿Evadiendo mis impuestos, colaboro en todo esto? Pensemos,
todos somos, en algún grado, responsables de la marginalidad del otro.
Rol del Estado
Es
poco lo que el Ministro Adrián Cuevas
puede llegar a hacer en este caso. Bastante tiene con conducir la Seguridad de
la Provincia, elaborar estrategias de prevención y abordaje del delito y
conducir una fuerza policial donde conviven corruptos y buenos policías,
falencias e injusticias en la Fuerza, problemas de distinto tipo. Es la Policía de San Juan, dependiente del
Ministerio de Gobierno, quienes deben liberar, por orden judicial, al mismo
menor que atraparon y que horas antes puso un rifle en la cabeza de una
anciana. Ni imaginar la pérdida de autoridad y sensación de impunidad.
Educación: La moda de hoy es que los niños deben
venir educados de casa y que la escuela no es formadora de valores.
Parcialmente cierto. Pero la institución educativa siempre fue formadora de
valores, de premios y castigos, como lo es la vida misma. Pero que puede salir
de un sistema donde la mentira está generalizada, desde la cantidad de alumnos
en cada curso, pasando por la exigencia de aprobar a alumnos con ausentismo o
que no alcanzaron las metas mínimas. Qué alumnos podemos tener si hay docentes que
no indagan ni profundizan en lo que leen o que exigen respeto a sus alumnos,
pero incluso delante de ellos le faltan el respeto a la Presidenta, en su
rol de mujer y de Jefa de Estado?
Desarrollo Humano: Qué sucede cuando los responsables de
establecer las políticas sociales se dedican al marketing y a esperar que una
inundación de verano sirva de show político en un año electoral? Cuando no
existen políticas eficaces de contención social, no existen centros de
alojamiento para jóvenes en conflicto con la ley penal, ni siquiera para
drogadependientes? Cuando el Ministro de la Política Social está enfrentado a
intendentes electos por el Pueblo y del mismo espacio político y donde los
únicos rehenes son los habitantes de dichos departamentos? Cuando existe un
Ministerio macrocéfalo y desbordado y Municipios que carecen de recursos para
atender la problemática social que día a día golpea la puerta de la
Intendencia. Cuando el maltrato y persecución a empleados ya es moneda
corriente o la corrupción y los regalos a novios y novias vía proveedores es de
por sí escandaloso? Qué se puede esperar?
Recordemos
y tengámoslo en cuenta: Argentina es un país destruido socialmente. La pobreza
estructural que instaló la última dictadura y que profundizó el menemismo
dejaron un país socialmente fragmentado, dividido, más desigual que antes. No
sólo necesitamos Ingenieros, como la frase oficial, necesitamos Trabajadores
Sociales, ejércitos de ellos en las calles sanjuaninas atendiendo las
necesidades de niños, jóvenes y familias. Sí, esos mismos profesionales que
egresan de la UNSJ y que a lo sumo, cuentan con paupérrimos salarios.
Hace
más de 60 años, el General Juan Domingo Perón planteó, desde su obra “La
Comunidad Organizada” un modelo de atención de las necesidades sociales:
familia, barrio, departamento, provincia. Considero que el actual modelo de
políticas sociales provincial está agotado. No contiene, no previene, no
resuelve. Hay que revisar y cambiar.
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