Podemos oír una palabra común en la fraseología conservadora de estos tiempos, la politización. Esta palabra goza de una reputación negativa, pero no por ser negativa en sí, sino por el carácter que se pretende represente.
Que se le de un valor negativo a la politización no tiene nada de casual. Mas bien es discrecional, ya que de esa manera se trata de eliminar su contenido potencial.
¿Pero cual es el significado de esta palabra y por qué se la desacredita? Politizar significa darle a un asunto, problema o cuestión carácter político, esto es, permitirle un debate público, atribuirle una perspectiva ideológica y hasta un compromiso partidario.
De la comprensión de esta definición salta a la vista por qué los personajes conservadores de la política, entre ellos Gioja y Cía. promueven su difamación y se alegran de que un asunto determinado no sea politizado.
Mediante esta acción, promueven o tratan de imponer una visión supuestamente imparcial, aideológica, del problema tratado, desacreditando cualquier otra visión disidente, o solo distinta.
Es la gran mentira de la democracia y del pluralismo. Es la imposición del totalitarismo ideológico y la represión de cualquier manifestación en contrario hacia la versión hegemónica y oficial de la historia.
Y lo vemos en el tema principal y base de la segunda reconstrucción de San Juan, por el amigo Gioja: la gran minería. El gobierno provincial, como órgano difusor y protector de la empresa Barrick, trata de convencernos diariamente de las ficticias bondades de este tipo de actividades. No habla de los reales riesgos. Y cuando voces provenientes del interior del pueblo sanjuanino se alzan en contra del discurso oficial, son tomadas como procedentes de sectores ignorantes, que todavía no comprenden, por falta de comunicación de la empresa o del gobierno, de los nulos riesgos y grandes beneficios que la actividad conlleva. Son grupos subversivos que tratan de alterar la paz del cementerio.
Entonces ¿cuál es el papel de la politización? Este es muy importante. Gioja y su gobierno difaman esta palabra porque le tienen terror a sus efectos. Hoy en día, sin oposición política debido a la cobardía y apoyo del bloquismo,
Cuando ese día llegue, el oficialismo no va a poder confrontar sus ideas y metodologías. Porque el dinero del presupuesto no puede comprar ni acallar para siempre a la verdad y a la gente comprometida con su pueblo.
Comprendamos el verdadero valor de la politización: Sin ella las demandas reales de la sociedad nunca van a poder ser escuchadas, menos realizadas. Para que se escuchen y se concreten deben tomar estado público y ser las propuestas que lleve como banderas hacia la victoria un partido político.
Diego M. Flores Burgos
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